VIVIENDAS SIN ACCESIBILIDAD EN ESPAÑA

En Inmobiliarias Madrid la cifra nos ha escandalizado, pero ésta es nuestra realidad, solo el 0,6% de las viviendas de nuestro país tienen medidas suficientes de accesibilidad para personas de movilidad reducida.

El parque inmobiliario español está compuesto por unas diez millones de viviendas, de las cuales, como decimos, solo el 0,6% está preparada para atender las necesidad de personas de escasa movilidad.

Debido a esta problemática, la ONCE, junto al Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, han sacado adelante una guía titulada “¿Cómo orientar la accesibilidad para Comunidades de Propietarios?”, como un compendio de información práctica sobre medidas de accesibilidad. Así mismo, con ejemplos reales, explica los derechos y obligaciones de la comunidad, así como los modos de actuación idóneos y la normativa y regulación para llevarlos a cabo.

Y es que, al parecer, la desinformación es el peor consejero. Muchas comunidades carecen de estas medidas debido al desconocimiento sobre las mismas y los permisos necesarios, por no hablar del factor económico, que siempre termina imponiéndose a las necesidades humanas.

Desde los colegios profesionales, invitan a las comunidades a asesorarse siempre de profesionales cualificados de estas organizaciones, con el fin de que las decisiones sean ajustadas a derecho y a la realidad útil de las necesidades de movilidad. Al parecer, aun hoy en día, el 22% de nuestras viviendas carecen de ascensor, una barrera terrible para aquellos que usan silla de ruedas o tienen serios problemas de movilidad. Solventar estas dudas es una de las prioridades actuales, dado que el Real Decreto Legislativo 1/2013 ya había fijado la exigencia de que todas las edificaciones permitiesen un acceso fácil a todas las personas.

Ya bien avanzado el siglo XXI, encontramos a través de Inmobiliarias Madrid que muchas de nuestras viviendas no solo no están adaptadas a las políticas medioambientales, sino que tampoco están preparadas para algo tan básico como la utilidad y viabilidad diaria para personas con problemas físicos, haciendo que, para muchos, su hogar sea su cárcel.