ECHAR A LOS OKUPAS EN TIEMPO RÉCORD

En Inmobiliarias Madrid, por desgracia, sabemos que los datos que se manejan pueden ser alarmantes. La ocupación ilegal de viviendas es hoy en día todo un negocio entre diversas mafias. Es un negocio provechoso que no deja de crecer. Y es que, según datos de la propia Secretaría de Estado de Seguridad, en 2017 se registraron más de 10.500 ocupaciones. Como siempre, Cataluña y Madrid son las comunidades que más las sufren.

Se cree que son aproximadamente 100.000 el número de viviendas ocupadas en todo nuestro territorio, aunque denunciadas se contemplan menos de 90.000. Lo que nació como una salida a familias necesitadas que entraban en viviendas viejas y abandonadas, ha evolucionado a toda una mafia donde se ocupan casas y chalés de lujo más como mero negocio.

Para esta creciente problemática, surgió hace poco la ley de desahucio exprés (Ley 5/2018, de 11 de junio, de modificación de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil) en la que se observan algunas mejoras. Así pues, ahora los propietarios tienen derecho a acudir a un juicio civil de desahucio para recuperar la posesión en un corto periodo mucho menos costoso. Anteriormente, no existían vías rápidas y eficaces, simplemente se llamaba a la policía para abrir la vía penal, un camino eterno. Actualmente, con una demanda civil de desahucio se podría recuperar la vivienda en el plazo aproximado de entre uno y cinco meses. Lo primero, una medida cautelar que exige la acreditación de la propiedad al okupa en un plazo de cinco días, tras los cuales, sin respuesta, el juez autorizará el desahucio. Estas nuevas medidas están pensadas principalmente para segundas viviendas pues, como bien sabemos, la ocupación de nuestra residencia habitual mientras vamos a comprar o de vacaciones es allanamiento de morada, y exige la actuación directa de la policía. En Inmobiliarias Madrid nos consta que, debido al auge de esta modalidad entre diversas mafias, las modificaciones de ley aún están previstas, pensando siempre en proteger los derechos de los ciudadanos y adaptarse a los nuevos problemas que, con el tiempo, encuentran la forma de mutar.