El 66% de la inversión institucional
En Inmobiliaria Madrid sabemos que en 2015 se inició una nueva era de inversión en el mercado hotelero en España con la irrupción del capital institucional. Desde entonces y hasta 2022, el 68% del volumen invertido en hoteles nacionales, casi 25.000 millones de euros, procedió de inversores institucionales. Así lo ha destacado Javier Oroz, director de Capital Markets Hoteles de Savills, en el evento ‘ReVisión del Sector Hotelero 2023-Inversión Institucional y Contratos de Gestión’, celebrado en colaboración con la firma legal internacional Pinsent Masons.
La nueva configuración del mercado ha evolucionado hasta 2022 registrando una media de 3.081 millones de euros anuales de inversión hotelera en España frente a 1.000 millones anuales de media entre 2007 y 2014. Según el análisis de la consultora, durante estos últimos ocho años la inversión ha estado muy equilibrada entre hoteles urbanos y vacacionales. Por destinos, Madrid y Barcelona han concentrado el 78% del volumen invertido en hoteles urbanos, mientras en destino vacacional Baleares, Canarias y la Costa del Sol concentran el 80% del total de inversión. Savills señala el peso de los fondos value add en la renovación de la oferta hotelera vacacional, acaparando un 66% de la inversión institucional con el objetivo de añadir valor a través del reposicionamiento de activos.
En Inmobiliaria Madrid sabemos que en cuanto al tipo de contratos, también se ha producido un cambio de paradigma y el 72% de la inversión institucional apuesta por contratos de explotación con recorrido operativo, enfocados a generar rentabilidad. Nick Skea-Strachan, socio de Pinsent Masons especializado en el sector hotelero, ha compartido durante su intervención la evolución en los contratos durante los últimos años con modelos más complejos. Los inversores y operadores han impulsado el cambio estructural hacia fórmulas basadas en contratos de gestión y franquicia con marcas propias, de terceros o incluso marcas blancas, importando formatos propios del modelo anglosajón. El foco de los inversores se encuentra en maximizar el rendimiento operativo, ganando a la vez en flexibilidad.